MÉXICO DF.- Las declaraciones de tres detenidos por la desaparición de 43 estudiantes hace un mes y medio en México apuntan a que los jóvenes fueron masacrados y sus restos calcinados, en un caso que ha conmocionado a los mexicanos y golpeado al Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto. Los jóvenes, alumnos de magisterio de una humilde escuela rural del sureño estado de Guerrero, uno de los más violentos y pobres del país, fueron baleados por policías el 26 de septiembre en la ciudad de Iguala cuando protestaban con una toma de autobuses, y entregados a sicarios en un caso que involucró al ex alcalde de la ciudad. Tres de ellos murieron en el ataque. El fiscal federal, Jesús Murillo, mostró videos con testimonios de los detenidos, que integran un grupo de delincuencia organizada conocido como “Guerreros Unidos”. Ellos dijeron que se encargaron de llevarse a decenas de personas, algunas de las cuales murieron asfixiadas. Luego relataron cómo arrojaron los cuerpos a un basurero e hicieron una gran hoguera con llantas, madera y gasolina en una quema que duró desde la madrugada del 27 de septiembre hasta la tarde de ese día.
“Las confesiones que hemos recabado, aunadas con el resto de las investigaciones realizadas, apuntan muy lamentablemente al homicidio de un amplio número de personas en la zona de Cocula”, dijo Murillo refiriéndose al municipio vecino a Iguala. Parte de los restos fueron triturados y arrojados a un río, según testimonios de los detenidos. Peritos que forman parte del equipo de investigación lograron rescatar en el basural una gran cantidad de pequeños fragmentos de huesos y dientes.
Pero las piezas dentales no sirven para identificación porque se convierten en polvo apenas se tocan debido al grado de calcinación que presentan, aclaró.
“Los tres capturados son miembros de “Guerreros Unidos” y en su declaración confesaron haber recibido y ejecutado al grupo de personas que les entregaron las policías municipales de Iguala y Cocula”, añadió el fiscal
Uno de los detenidos, identificado como Agustín García Reyes, dijo en el video presentado por la fiscalía que las víctimas fueron interrogadas sobre quiénes eran y respondieron que eran estudiantes.
Las familias rechazaron la posibilidad de que sus hijos, desaparecidos desde hace un mes y medio, puedan estar muertos, acusaron al gobierno de estar “torturando” a los padres y exigieron “pruebas irrefutables”. (Reuters-DPA)